Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2012

A veces te amo.

Si la noche es clara te veré reflejado  en aquella perla blanca suspendida en el cielo, en aquellas luciérnagas nocturnas que alumbran tu camino. Si el día es cálido la brisa me abrazará, aquel viento que te visito vendrá a mí,  y me dará ese abrazo deseado que jamas me darás.   Si la lluvia cae sobre ti, le pediré a las gotas que laven tus tristezas que también son mías.   Si el sol brilla con fuerza me dirá que feliz eres, y aunque yo no vea tu sonrisa, y aunque yo no cause tu felicidad, sonreiré al cielo.  Si ves a las nubes moverse rápido soy yo que te regalo una simple sonrisa llena de cariño.    Pero la verdad es que detrás de esa sonrisa mi corazón sufre por no verte. ...  Muchos creen que leo por placer, eso no lo duden, pero a veces también leo para olvidarte viviendo una vida ajena.  A veces escucho música, más que por placer, para recordarte.  Mi vida está llena de contradicciones en donde a veces te amo, a veces te odio, a veces te dejo ir y

Él IV (final)

Aquella noche se había inundado de invisibles esperanzas, de recuerdos que golpeaban su cabeza como hojas de arboles cayendo lentamente sobre ella, tan sutiles, tan inesperadas. Cualquier recuerdo podría llegar y romper la delicada estabilidad de sus emociones.  Entonces cayó como una delicada pluma blanca, sobre su cabeza se posó aquel recuerdo de las noches en que soñó con él, de la primera vez que se acercó. Como una suave pluma sobre su cabeza posaba tal recuerdo, que la lastimaba sutilmente, era una hiriente suavidad, como si la pluma se enterrara con su parte dura, como si tuviera vida y tratará de hundirse en su ser para atravesar su  corazón.         Es seguro que ella se enamoró de ti, y justo cuando estaba decidida a terminar su tortura, a terminar con su afán de callar, disté la vuelta, te alejaste sin mirar atrás. Ella nunca te importó, nunca demostraste interés, pero aquellas pocas palabras y miradas que le dedicaste fueron su todo.   Ahora que te has ido e

Él III

Ella prometió volver a mirar las estrellas porque después de todo disfrutaba de ellas tanto como él. Ella prometio mirar cada puesta de sol, porque él amaba pintar cada atardecer.  Él siempre fue tan callado y ella tan despistada, él se volvió despistado y ella se volvió callada. Ahora ella lo ama en secreto y lo mira entre las personas, entonces comienza  a grabar su figura con amplio detalle  en su mente.   Quizá cuando él la miraba nunca sintió algún sentimiento sólo curiosidad, ella no supo y no sabrá. Ella está callada contemplando a ese que le regalo una curiosa mirada que a ella encantó. Ella contempla lo que él solía observar, después de todo disfrutan de lo mismo. ... Y al final quizá es cierto que los iguales no pueden estar juntos.  …Y si no tengo otra oportunidad para decirle lo que siento. Él se está convirtiendo en mi tónico, aquel que me levanta de entre las cenizas al mismo tiempo en que me daña y me vuelve a arrojar al suelo con su indiferencia. ¡Ah!

Él. II

Ella se había decidido, se había comprometido con su corazón a nunca más volver a callar. Nunca más sus labios encerrarían  aquellas palabras que expresaban sus sentimientos hacia él.  Entonces se acercó, lo miró y le expreso todo aquello que guardo por meses, todo aquello que le oprimía el pecho al punto de sentir que moriría por la desesperación que le causaba no tenerlo a su lado, ese mismo sentimiento que le hacía sonreír al imaginarlo junto a ella.   Palabra tras palabra desahogo su sentir, como una ligera brisa de verano, como una llovizna en un caluroso día, como un delicioso café en invierno, como respirar el perfume más hermoso, sintió a su corazón embriagarse de tranquilidad al expresar aquellos preciosos sentimientos…  él sonrió.   Fue cuando ella despertó, desilusionada regresó de nuevo al mundo real, en donde él era feliz con alguien más, en donde ella nunca dejaría que su corazón le ganara, en donde sus labios nunca dejarían escapar aquellas palabras: trad

Él.

El sol ha dejado de brillar antes de tiempo, su sonrisa se ha petrificado, calcinado. De sus ojos ya no sale ningún brillo, sólo gotas cristalinas. Aquel rostro enamorado se ha trastornado,   transformado en una cara sin expresión alguna con una linea recta en ella, quizá una arruga, quizá solía ser su sonrisa. Su corazón está en paz,  sus pensamientos ya no tienen un fin. Ella me dijo: "Él nunca leyó mi mente." Yo le dije: "Él nunca podría leer tu mente sería estúpido, pero más estúpido fue que no pudo notar que sólo a su lado vivías, sonreías."