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Mostrando entradas de julio, 2013

Una quemadura.

Quisiera tocar tu mano, sostenerla por siempre, quisiera que el roce me dejará marca que tu calidez me queme,  como cuando solíamos hacer bolas de nieve, y la nieve a veces se consumía en nuestras palmas, dejándonos una sensación inolvidable.  Quemaba, pero esa quemadura me hacía recordar nuestros momentos juntos y entonces podía sonreír,  era como si por unos segundos estuvieses a mi lado acariciando la fría nieve.  Ahora que debemos separarnos por un tiempo indeterminado, quiero causarte una profunda herida en el corazón, pues no quiero que me olvides,  sé que yo nunca lo haré.  Déjame tocarte una vez y que mi roce te queme, para que al igual que con las bolas de nieve, algún día, sonrías al recordarme y sientas que no estás solo.  Nuestros corazones ya podrán ser heridos a lo largo de la vida.