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Mostrando entradas de marzo, 2020

Cuando deje de escribir.

Cuando deje de escribir, sentí que estaba sanando. Me pregunto si yo era la llama en el pabilo o la cera que se consumia lentamente. Quizás simplemente fui la chica que prendió el fuego, que se quemo con el sueño de brillar. Cuando deje de seguirte comencé a sanar, y fue triste porque pense que esta vez sería diferente, pero no devolvías los mensajes, e ignorabas los mensajes, supe que yo no era importante. Mientras mis sentimientos se desbordaban, tú cambiabas los temas, no te culpo, no puedo, fui yo la que encendió el pabilo y se equivoco. Desde diciembre lo intente, hasta Marzo lo deje. Es la primera vez en mi vida que no espero, porque los mensajes fueron claros. Porque comencé a sanar cuando me aleje de ti. Quisiera estar por siempre enferma, pero no me sirve si tú no eres la cura. Cuando deje de escribir y tú igual, comence a sanar. Esto es lo último que te escribo, porque finalmente estoy sanando.

Un tonto sueño romantico: piromania.

Vi a un chico de cabello largo, mientras daba pasos pequeños delante de mí recorde un tonto sueño. Yo caminaba por el parque, sonreía, mientras a mi lado caminaba un chico de cabello largo, El sostenía un caja, en esta caja habían cartas, cartas que había escrito durante todo el tiempo que no estuvo. En medio del parque el volteo la caja dejando caer todas esas hojas amarillentas, luego les prendió fuego. Tuve una visión mientras miraba las llamas. Yo sólo quería ser amada, caminar de la mano con alguien, nunca fui ajena al romance, sólo fingí. Cargo en mí los recuerdos de los chicos y las chicas que han fascinado a mi corazón, pero las llamas ahora se extienden quemado todo a mi alrededor, las cartas son ceniza, el chico de cabello largo desaparece mientras yo me quemo, sólo para darme cuenta de que, el chico de cabello largo en realidad era yo misma, pues estoy sola de cualquier forma quemando todos esos sentimientos, tirando todas mis emociones, echando a un la

Para nosotros no hay nadie.

Quisiera ver el mundo como los demás, sin que me importe herir, sin que me importe dejar. Quisiera hundirme en el sonido de la música, porque nadie escucha, porque a nadie le importa. Quisiera dejar de escribir cartas, porque nadie las lee, porque no son importantes. Quisiera dejar de sentir, porque ya nadie quiere dejar a su corazón latir. A veces suspiro y sonrío. A veces lloro y duermo. Unos días no entiendo, Otros días me enojo. Me enojo con las personas en que confíe, aquellas que tuvieron la música que brotaba de mí, que obtuvieron mi lado más vulnerable. Aquellos que me olvidaron o cambiaron el tema. Esos que odian porque un día los quebraron, me pregunto ¿cuando me volveré así? ¿Cuando dejaré de pagar los platos rotos que no quebré? ¿Cuando dejaré de querer a quien no me quiere? ¿Cuando dejaré de tener sentimientos? El romance es difícil para alguien de 25 años que ha estado sola, nadie me ha herido, por eso no busco herir a nadie. Aunque han roto mis