El sol ha dejado de brillar antes de tiempo,
su sonrisa se ha petrificado, calcinado.
De sus ojos ya no sale ningún brillo, sólo gotas cristalinas.
Aquel rostro enamorado se ha trastornado,
transformado en una cara sin expresión alguna
con una linea recta en ella, quizá una arruga,
quizá solía ser su sonrisa.
Su corazón está en paz,
sus pensamientos ya no tienen un fin.
Ella me dijo: "Él nunca leyó mi mente."
Yo le dije: "Él nunca podría leer tu mente sería estúpido, pero más estúpido fue que no pudo notar que sólo a su lado vivías, sonreías."
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