Los dedos de mis pies están quebrados,
mi piel ha comenzado a abrirse,
el olor a podredumbre esta llenando la habitación.
No hay una cura para mi,
o quizás simplemente la cura está al alcance de mis manos.
El privilegio de ver el mundo no es mío.
Pero puedo ver el mundo mientras mis piernas acalambradas sostienen mi peso,
en una silla en mi recamara.
4 paredes y un sueño que se volvio el cadavér de una niña
en posición fetal en el baño.
A veces su fantasma grita mi nombre.
Quiero explicarle que no hay nada especial para mí, ni para ella,
pero está sin vida.
Los muertos nunca regresan,
ni siquiera cuando es uno mismo quien fallecio hace años.
Quiero desaparecer.
El dolor es demasiado.
La culpa es inmensa.
Sólo quería ser la chica que los domingos salia al parque,
pero ni siquiera hay parques en esta ciudad gris.
No hay nada para mi en esta ciudad.
Sólo tristeza.
Si pudiera volver a nacer,
bueno, no nacería nunca.
Mamá, lo siento.
Papá, lo siento.
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