A veces no entiendo. El mundo continua girando. Los cielos se vuelven amarillos, no hay oscuridad, tal parece que la única que existe es la que se esconde en mi closet. Ya no estoy sola, pero a veces siento que no hay más que fantasmas a mi al rededor. Soy una criatura cubierta de recuerdos y de sueños. Un sueño esta encerrado en una caja, llenándose de moho. Cada día intento convencerme de que mañana será mejor y tengo miedo que eso sea como los 6 años que viví engañada. Probablemente todas mis decisiones fueron incorrectas, pero un día eramos niñas jugando al rededor de las sillas, un día bailamos en frente de la multitud y un día amamos. Y si termina hoy mi vida, nada estaría perdido. Aún quiero morir, no quiero más dolor. Aún quiero soñar y huir de aquí como aquel chico de ojos verdes. Guíame madre a través de la tierra, del bosque y del río. No llevaré zapatos a donde voy. Allá af...
Creo que no puedo dormir de noche por el miedo constante que bombea mi corazón a través de mis arterias. Miedos que florecen en los surcos de mi cerebro como pequeñas hiedras venenosas que tornan a mi sangre oscura y aceleran mi pulso. Apago el celular, apagó las luces y solo estoy yo en el silencio, con los ojos abiertos con dirección al techo. Cuento ovejas que en su lana cargan recuerdos de errores y de sueños que no se si se cumplirá y como no sé, mi pulso se acelera nuevamente. Que martirio es no poder dormir, pero tampoco ser funcional porque el insomnio me tiene amarrada a la cama, una cama que se siente como una cocina en un Verano de Merida y sin aire acondicionado. Me estoy sofocando. Amanece y veo finalmente la luz del sol a través de la ventana, escucho a mi padre levantarse y me preguntó si soño algo agradable o si en verdad cree que los sueños pueden alcanzarse, porque es mi padre pero no conozco sus sueños y mucho menos sé si los cumplió o si...