Puedo ver el sol desde mi ventana,
nunca ha sido mi favorito,
siempre detestado,
siempre rechazado.
Pero ahora que mi mundo son 4 paredes,
puedo verlo a través de una pequeña ventana a lo alto
mientras sueño con estar bajo la sombra de un arbol,
al lado de un rio, comiendo helado,
el sol suena como una fascinante aventura
cuando tu mundo se vuelve aislado,
cuando ahora tu eres la rechazada y detestada,
cuando todo lo que conoces se desmorona.
Dios salve a esta mujer,
que las serpientes se envuelvan en mi cuello y me hagan renacer,
que la manzana sea mordida,
que me echen del eden
si es que así puedo dejar mi dolor atrás,
que el coraje y la ira quemen todo
que el sol queme mi piel
que no sea repudiado
si la Luna después me baña en la plata de su luz
y me hace agonizar meintras escucho a las cigarras.
Que mi alma se una a las luciernagas,
que los rios limpien mis cenizas,
que la luz ilumine la huella del dolor que dejo atras.
Estoy cansada de quemarme cada día y nacer cada noche,
de llenar los rios
de iluminar el camino de las luciergnagas
de todo,
sólo quiero mirar el sol
desde la sombra del arbol,
escuchar a los patos,
y mirar esos ojos miel,
pero la realidad está lejos
sólo tengo esta ventana, mi escritorio y poemas que no escribo ya.
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