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El fantasma.

Camino entre pasillos oscuros, 
respiro e intento seguir con el alma limpia,
quiero una vida tranquila. 

Abro la puerta y el frio viento choca con mi piel
mientras el olor a café me hace sonreír.
Subo las escaleras para encontrar el cielo despejado,
pero en la azotea está ese fantasma.

Él camina por cada cuarto de la casa y la vuelve pequeña.
Inunda cada pasillo con su aura oscura. 
Mamá llora cada noche a causa de él.
Yo no tengo energía.

Ese fantasma nos roba la calma,
no hay a donde huir, 
él tampoco tiene a donde ir. 

Quiero salir corriendo, 
pero la vida real es más difícil que eso.

Estoy enojada todo el tiempo,
incluso harta. 
El fantasma se burla. 

Prende la television todo el día,
a veces incluso la radio.
Mueve los platos en el fregadero,
sube las escaleras.

Él esta en todos lados mientras mamá y yo,
estamos arrinconadas en una habitación.

Estamos exhaustas.
Porque cuando queremos vivir,
él viene.




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