Vi a todos seguir su vida mientras yo me estaba atrapada,
sonreía para aparentar que estaba bien, pero mi alma gritaba,
estaba en un pasillo oscuro huyendo de lo que atrape bajo la música, pero salió y corrió tras de mí
como si yo fuera la presa de mi propia mente que era una sombra del tamaño del mundo, y yo no era nada,
no fui nada cuando me cubrió, y mi cuerpo palideció,
mientras mi cabello se llenaba de telarañas,
mientras la oscuridad hacia una replica de mí.
No era yo.
Todo el tiempo fui un maniquí lleno de inseguridades,
auto destrucción,
lastima,
odio,
rabia,
ansiedad,
miedo.
Esa chica de 17 años mantiene los ojos cerrados mientras las cadenas oscuras la estrangulan cada año un poco más,
no puede decirlo pero es el susurro sordo que escuchas en las peores noches, pidiéndote la muerte por misericordia.
Y cuenta de 5 a 1 por la libertad que explota de su cuerpo en litros de sangre dibujando el dolor de estar muerta en vida.
Sólo sobrevive...
Cuando el maniquí comenzó a volverse de carne y hueso sintió la pesadez de la vida,
ahora estamos rotas, y somos nuestras únicas amigas.
Una chica pálida de 17 años que cuenta al revés y anhela morir.
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