Paso a paso las nubes azules se van tornando rosas, chocan con colores marinos que quieren transformarlas en algodones de azúcar oscuros mientras el viento choca con mi rostro y mi cabello se despeina.
Es la última vez que observaré este paisaje, pronto no estaré, no habrá silencio, sólo ruido. No habrá frío sólo un sofocante calor y las ganas de huir.
Aquí sé quien soy. Allá, estoy perdida.
Ya no estoy entre arboles enormes, ya no estoy a la orilla del río en medio de una tormenta esperando ser ahogada por la corriente. Ahora soy mi propio río en crecimiento y mi propia tormenta, asfixiándome cada noche con las decisiones no tomadas o mal realizadas, con las sonrisas de los que se fueron; las miradas de los que quizás me odiaron.
Siete días fueron suficientes para llenar mi memoria con fallas, con bajos y alto. Sólo quiero dormir, apagar el ruido en mi cabeza.
Pude hallar el amor, pero me limite a complicar todo, porque las flores que crecieron en el patio eran amarillas cuando yo quería flores moradas, porque no quiero que ninguna flor crezca, y sin embargo sigo buscando semillas qué regar.
Es verdad que tengo falta de empatía, sólo porque es un arma de dos filos. No quiero su dolor, no quiero ningún dolor, ni siquiera el mío. Quiero dejar de sentir, quiero sentir.
No sé aún quien soy, a dónde voy o qué quiero. Soy la adolescente de 12 años o yo antes de nacer. En 7 días no he podido encontrar la pregunta indicada. Necesito más tiempo, no quiero tiempo porque se ira a la basura. Necesito verte, contarte, pero no quiero verte, ni que sepas de mí.
Te amo, te odio, en realidad me odio y no quiero nada.
He perdido, he ganado, he reído y llorado. He sido débil y fuerte, pero todo se desvanece cuando abro los ojos.
SOY UNA CONTRADICCIÓN.
¿Cuantas sesiones más necesitaré?
¿Cuando acabara ésta canción?
Tirame pétalos en el cabello, llévame a donde solía soñar, no sueltes mi mano.
Seré mejor, quiero ser mejor, eso es lo único que sé.
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