Desde hace un tiempo me encanta escribir sobre lo qué pasa en mi vida, sobre todo lo relevante, a final de cuentas esto se ha convertido en una mezcla entre un “diario” y una recopilación de “pensamientos.”
He descrito en otras ocasiones lo mucho que me cuesta interaccionar con otras personas, sobre todo chicos. Ya saben, incluso en la universidad prefería evitarlos, hasta que conviví un poco con algunos y fui perdiendo el miedo, si es que eso era.
En el internado me solté un poco más en general, quiero decir, tenía que hablar con muchas personas cada día, incluidos hombres, allí fue cuando conocí más sobre su forma de pensar, ¡qué sorpresa!
Actualmente estoy en el pueblito, ya dije que los primeros 3 días fueron jodidamente difíciles, pero he conocido un par de chicos (gracias a otro compañero). No sé si es la soledad o es que en verdad he cambiado, pero me agrada salir con ellos, siento como si fuéramos una pandilla en medio de la nada. Al final de cuentas ninguno de nosotros quiere estar solo.
Hace unos días salimos todos, pasamos poco más de 1 día juntos.
¿Cuando la Monse del pasado iba a terminar con 3 chicos bebiendo algo de whiskey y haciendo una clase de pijamada? Que claro, tuve confianza de quedarme porque estaba una compañera que se unió a la pandilla.
Los chicos no son seres malvados, me hubiera gustado saberlo años atrás.
De hecho como cada vez que me alcoholizó de más, terminé con alergia, temblando y vomitando (sí, qué vergüenza). Adivinen quienes fueron amables y cuidaron de mí... sí, ese grupito lleno de testosterona.
Lo siento, todo es tan nuevo, tan épico.
Mis partes favoritas son ir en la gran carretera, rodeada de montes verdes y nubes azules que se van contrastando en la noche o en la mañana; con ellos en silencio o riendo, con música de Blink 182, All time low, Paramore, The Killers, incluso MCR. Quizás por eso tome confianza. Si escucha a MCR no puede ser peligroso, es mi lógica; boba.
En fin, no tengo mucho de conocer a estos chicos, pero me da nostalgia pensar que se irán en 6 meses. Creo que es porque sin querer y sin saberlo estuvieron allí el día en que peor me sentí. El día en que los pensamientos suicidas estaban volviendo. No lo saben, pero estoy agradecida, sí, como los marcianitos de Toy Story.
P.D. En verdad que esos muchachos son amables y respetuosos, no son los monstruos que la vieja Monse creía. Lo siento chicos, estoy aprendiendo aún a socializar, sí, a los 23 años.
Yo aún no aprendo a socializar... cuando lo he intentado a nadie le interesa hablarme... espero, algún día lograrlo... sabes monse, para mí estás siendo un ejemplo y desde que vi tus vídeos no dejo de hacerlo, me hacen sentir bien... Me alegra que estés haciendo a un lado tus miesos y los superes poco a poco... eres una chica muy especial, mereces ser feliz siempre.
ResponderEliminarMiedos**
EliminarNo te preocupes, lo lograras. No es fácil tengo muchos, muchos altibajos como podrás leer. Hay días mágicos en donde todo parece ir cambiando para bien y otros en donde todo se quiebra, pero siempre hay que seguir. NO TE DES POR VENCIDA JAMAS!!!
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