En mi primer día sola no pude evitar el romper en llanto mientras veía como mis padres se iban lentamente.
Pase toda la tarde sola, recordando el lugar en donde crecí. Otro nudo en mi garganta se formó.
Con cada minuto deseaba fuertemente que fuera otro día, que fuese el final de esto, pero sólo unas horas habían pasado.
Soy débil y dependiente, amo estar sola, pero el sentimiento de soledad es abrumador.
No importa cuanto llame a mamá o papá, ellos no entraran por la puerta. Y pensé: algún día la vida será así para siempre, yo no quiero soportarlo, fue allí cuando recordé mis intenciones de morir antes de llegar aquí.
Tuve fe y me mantuve con vida, pero soy una fatalista, y los pensamientos de un futuro vacío me persiguen.
Cuando tus padres son tu mundo, imaginar un futuro sin ellos es aterrador.
Allí está la opción de nuevo, cortar profundo.
Voy a llorar más veces.
Pienso que la vida es tan sencilla como para tomar mis cosas e irme. ¿Por qué me estoy quedando? ¿por qué sigo en pie?
No necesito esto, jamás quise esto.
Monse despierta y sueña.
Sólo era una niña de 9 años jugando a ser medico.
Sólo era una niña queriendo alejarse del mundo en una morgue, y termine rodeada de gente, alejándome de mi familia.
Dios, no me sueltes porque estoy en lo profundo.
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