El vacío sigue siendo tan intenso.
Las preguntas más incomodas de mi día a día siguen siendo:
"¿Cómo estás?"
"¿Eres feliz?"
A veces me tiro el día entero a dormir porque así no siento nada; no hay ansiedad, tristeza o miedo.
Por minutos soy capaz de levantarme con un fuerte impulso de motivación, la cual se extingue antes de que si quiera pueda poner un pie fuera de la cama.
Este es mi infierno diario; ese que oculto, que trato de resguardar con tanta fuerza porque básicamente nadie entendería.
Si cierro los ojos puedo ver los momentos en que era diferente. Todo estaba bien, tenía sueños y ganas de luchar. Ahora sólo tengo ganas de adelantar mi muerte.
Odio decir que no soy feliz, porque tengo todo, es cierto. Mis padres son las mejores personas que podré conocer en la vida, y sin embargo no los amo como debería, porque esa oscuridad en mi interior me atrapa y no me permite estar con quienes amo. Sólo me encierro en mi recamara a esperar que el tiempo avance, a desear que milagrosamente deje de respirar.
Porque jamás conoceré personas tan grandiosas como ellos, y el vivir sin ellos me aterra. Mi sueño es morirme antes.
Cada día trato de buscar un motivo solido para vivir y sonreír, pero mientras más convivo con personas, mientras más los escucho, encuentro un motivo más para dejar de respirar.
Los que me rodean me hartan en cuestión de minutos, y por ello no tengo amistades fuertes.
Que los susurros de todos dicen: La vida es difícil, es un milagro el que algún día tengas un empleo decente, una familia, una casa. Así que dejo de intentarlo incluso antes de empezar.
Mi mente dice: Has desperdiciado 5 años de tu vida, haz algo.
La oscuridad dice: ¿Qué importa?, te vas a morir pronto.
Desearía ser extrovertida y hablar con todos como si nada, pero la ansiedad golpea mi cabeza y cose mi boca. No soy bonita, no soy inteligente, no soy nada.
Tengo todo, y no puedo sentirme plena, feliz, no siento nada.
Tengo mi propio infierno hirviendo mi alma cada día.
Tú no necesitas saber, yo no debería decirlo.
Monse, te tengo lastima, porque soy tú y quisiera cambiar eso que sientes, quisiera que fueses feliz. Que estuvieses con tus amigos, que le demostraras a tus padres el amor que les tienes y lo agradecida que estas por la vida. Quisiera que salieras sin complejos, sin miedo, sin pensar que todos te juzgan.
Monse nadie sabe de tu batalla.
Las preguntas más incomodas de mi día a día siguen siendo:
"¿Cómo estás?"
"¿Eres feliz?"
A veces me tiro el día entero a dormir porque así no siento nada; no hay ansiedad, tristeza o miedo.
Por minutos soy capaz de levantarme con un fuerte impulso de motivación, la cual se extingue antes de que si quiera pueda poner un pie fuera de la cama.
Este es mi infierno diario; ese que oculto, que trato de resguardar con tanta fuerza porque básicamente nadie entendería.
Si cierro los ojos puedo ver los momentos en que era diferente. Todo estaba bien, tenía sueños y ganas de luchar. Ahora sólo tengo ganas de adelantar mi muerte.
Odio decir que no soy feliz, porque tengo todo, es cierto. Mis padres son las mejores personas que podré conocer en la vida, y sin embargo no los amo como debería, porque esa oscuridad en mi interior me atrapa y no me permite estar con quienes amo. Sólo me encierro en mi recamara a esperar que el tiempo avance, a desear que milagrosamente deje de respirar.
Porque jamás conoceré personas tan grandiosas como ellos, y el vivir sin ellos me aterra. Mi sueño es morirme antes.
Cada día trato de buscar un motivo solido para vivir y sonreír, pero mientras más convivo con personas, mientras más los escucho, encuentro un motivo más para dejar de respirar.
Los que me rodean me hartan en cuestión de minutos, y por ello no tengo amistades fuertes.
Que los susurros de todos dicen: La vida es difícil, es un milagro el que algún día tengas un empleo decente, una familia, una casa. Así que dejo de intentarlo incluso antes de empezar.
Mi mente dice: Has desperdiciado 5 años de tu vida, haz algo.
La oscuridad dice: ¿Qué importa?, te vas a morir pronto.
Desearía ser extrovertida y hablar con todos como si nada, pero la ansiedad golpea mi cabeza y cose mi boca. No soy bonita, no soy inteligente, no soy nada.
Tengo todo, y no puedo sentirme plena, feliz, no siento nada.
Tengo mi propio infierno hirviendo mi alma cada día.
Tú no necesitas saber, yo no debería decirlo.
Monse, te tengo lastima, porque soy tú y quisiera cambiar eso que sientes, quisiera que fueses feliz. Que estuvieses con tus amigos, que le demostraras a tus padres el amor que les tienes y lo agradecida que estas por la vida. Quisiera que salieras sin complejos, sin miedo, sin pensar que todos te juzgan.
Monse nadie sabe de tu batalla.
"CARIÑO DIME SI HE SIDO EXTRAÑA, Y SI NECESITO REORGANIZAR MIS PARTICULAS, ¡LO HARE POR TI!"
Monse a los 15 |
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