Hay sentimientos que no pueden ser descritos,
mis sentimientos hacia ti son un ejemplo.
No sé comparan con la vivacidad del ardiente fuego,
tampoco con la frialdad de los témpanos árticos.
Porque al verte mi alma se enciende con más furia
que una simple llama y mi aliento se congela más que
un simple bloque de hielo.
Mirarte, sólo basta mirarte para sentirme ahogada del mismo oxigeno.
Pero hoy estás tan lejos, estás tan alejado
que incluso Neptuno me queda al alcance de la mano. …
Deja que te exprese lo que siento:
lo haré sin hablar,
sólo escuchemos a Beethoven con Love Story o Para Elisa,
pero no te vayas, no iguales a Teresa,
no me abandones cuando terminé mi pieza musical,
hecha con los latidos de mi corazón al pensarte.
Te dibujaré en una barca que vaya hacia mí,
para que al encontrarnos digas lo mucho que me extrañaste,
pero por favor, no repitas lo que la dama de Shalott,
no dejes que tu luz se extinga.
Copiaremos Romeo y Julieta de principio a fin,
cambiaremos sus nombres por los nuestros,
cambiaremos, también, el final
por uno lleno de dicha en donde escapamos de todos.
Esculpiré tu cuerpo imitando la perfección
del hombre pensante o las piedades,
capturaré tu belleza en la simpleza de una roca,
en la frialdad del mármol,
entonces tu figura se congelará en el tiempo
y el mundo sabrá que exististe.
Te convertirás en Laure y yo en Grenouille,
disfrutaré de la belleza de tu aroma, de tu alma,
porque veré lo que todos ignoran.
No te cubriré con la fría muerte
para encapsular tu esencia.
No, yo disfrutaré de tu dulce aroma al amanecer, al anochecer.
Me embriagaré de tu amor, de tu existencia.
Seré Beethoven para expresarte mi amor sin palabras,
sólo con melodias.
Seré Jhon William, regresaré a la epoca victoriana
para hacerte un retrato único, basado en un poema sobre ti.
Seré Shakespeare para escribir la mejor novela,
la que hable sobre ti y mi inmenso amor por ti.
Seré Miguel Angel y haré esculturas de ti,
serán tan bellas que la gente pensará que el mármol no es mármol,
sino un hermoso ser humano que despertará en cualquier instante.
Regresemos a la época medieval, vivamos el amor cortes,
porque serás un amor prohibido.
Regresemos al romanticismo,
para así dejarme cubrir por la tranquilizadora muerte.
Tengo tanto que ofrecerte y bien sé que nada quieres,
porque no me amas, porque nunca sabrás todo esto,
que me consumo sin ti,
que me muero sin ti,
que nunca te confesaré mi amor,
este que me mata y me revive.
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